La última oportunidad para evitar la extradición de Julian Assange a Estados Unidos se juega este martes y miércoles en un tribunal de Londres. La defensa del fundador de WikiLeaks alegó ante dos magistrados que tendrán la última palabra que su cliente no puede ser entregado a EU debido a que “los delitos que le imputa (ese país) son de carácter político”, lo que violaría el Tratado de extradición británico-estadounidense de 2003.

Este es el último cartucho del equipo de abogados, que reclaman un nuevo juicio y la liberación de Assange, para muchos, el símbolo de los que luchan contra el abuso de poder de los Estados que pretenden convertir en delito la libertad de prensa cuando no les interesa. Su causa es la que ha llevado a cientos de personas de todo el mundo a seguir el juicio desde las puertas del tribunal y a que la opinión pública esté pendiente de en qué acaba esta larga batalla judicial.

El editor australiano se enfrentaría a 175 años de prisión por la filtración de 250,000 documentos clasificados del Departamento de Estado estadounidense en noviembre de 2010, y que revelan, entre otros crímenes, las torturas en interrogatorios de agentes de la CIA, en nombre de la lucha antiterrorista.

“Todo el mundo nos está mirando”

“Todo el mundo no está mirando”, declaró ante cientos de manifestantes Stella Assange, la esposa del cofundador de Wikileaks, el portal que hizo públicos cientos de miles de documentos que revelaron los trapos sucios de la CIA y sus prácticas ilegales de tortura. La frase no es casual: es la que coreaban en 1968 los manifestantes que protestaban contra la guerra de Vietnam y defendían el denunciaban los crímenes de guerra revelados por el diario The Washington Post.

“La idea de que Julian pueda ser acusado de violar la Ley de Espionaje de Estados Unidos, la misma que se aplicó a Daniel Ellsberg (el responsable de filtrar los Papeles del Pentágono, que revelaron las mentiras sobre Vietnam), es escandalosa”, declaró por su parte Jeremy Corbyn, el anterior líder del Partido Laborista británico.

“Este tribunal tiene hoy la oportunidad de permitir a Assange que su causa sea escuchada, de que se haga justicia y de que, finalmente, pueda ser un hombre libre”, agregó.

Persecución de Trump

La insistencia en perseguir al fundador de Wikileaks surgió del gobierno de Donald Trump. El expresidente de Estados Unidos Barack Obama ya había conmutado la sentencia de la soldado Chelsea Manning, la principal fuente de los documentos secretos de la seguridad estadounidense que publicó el portal, y que sacaron a la luz graves episodios de guerra sucia en Irak o Afganistán.

“Todos aquellos que cometieron esos crímenes de guerra han quedado libres, e incluso se han beneficiado económicamente de esos crímenes. Y Julian, que lanzó la verdad a la cara del poder, debe enfrentarse a un juicio. En vez de él, deberían ser juzgados el sistema británico, el Gobierno británico, el estadounidense, y todo un sistema profundamente corrupto”, aseguró Andrew Feinstein, exdiputado del sudafricano Congreso Nacional Africano, el partido de Nelson Mandela, y uno más de los llegados de todo el mundo parar protestar ante el tribunal londinense.

La CIA ya intentó matar a Assange: abogados

Los abogados del australiano, que este martes no pudo comparecer en persona por problemas de salud, señalaron que el descubrimiento de una trama de la CIA para secuestrar o matar a su cliente cuando estaba refugiado en la embajada de Ecuador en Londres (entre 2012 y 2019) demuestra la motivación política del caso.

“Ya entonces hubo banderas rojas de alerta”, explicó el abogado Mark Summers. “El plan solo se vino abajo cuando las autoridades británicas mostraron su disgusto ante la idea de un posible tiroteo por las calles de Londres”, aseguró.

“Extraditar a Assange significaría entregarlo directamente a manos de las mismas personas que conspiraron para asesinarlo”, esgrimió su equipo legal, que quiere que los jueces admitan esa trama como prueba.

Dos días de audiencia

Los dos jueces del Tribunal Superior londinenses deberán determinar, tras las audiencias de este martes y mañana miércoles, si los argumentos de la defensa de Assange justifican un nuevo recurso, lo que obligaría a la celebración de un nuevo juicio, o si en cambio debe procederse a la extradición.

La Fiscalía británica, en representación de la Justicia estadounidense, solicita por su parte que se le deniegue la autorización a recurrir y que proceda a su entrega, con el argumento de que el acusado cometió delitos al difundir en 2010 y 2011 información secreta del Gobierno estadounidense y del Pentágono.

En la réplica, los abogados subrayan que sería “la primera vez en la historia de Estados Unidos que un editor ha sido procesado por obtener o publicar (en lugar de filtrar) secretos de Estado”.

El abogado Edward Fitzgerald sostuvo que entregar a Assange supondría “un abuso de proceso”, además de una violación de sus derechos a un juicio justo y a la libertad de expresión. En consecuencia, el letrado pidió que se declare nula la orden de extradición firmada en 2022 por la entonces ministra del Interior, Priti Patel, cuya base legal cuestiona.

“Está siendo procesado por participar en la práctica periodística ordinaria de obtener y publicar información clasificada, información que es a la vez verdadera y de evidente e importante interés público”, dijo Fitzgerald.

“No tendría un juicio justo en EU”

También alertan de que Washington reconoció que podría solicitar que a Assange no se le aplicaran los mismos derechos que a un ciudadano estadounidense bajo la Primera Enmienda de su Constitución —que garantiza la libertad de expresión—, al ser este de nacionalidad australiana, lo que, dicen, impediría un “juicio justo”.

La defensa sostiene además que el jurado en un posible proceso en EU estaría sesgado, ya que, por la ubicación de la corte, sería elegido entre personas relacionadas personal o profesionalmente con agencias del Gobierno estadounidense.

Los abogados temen además que las autoridades del país puedan agregar ‘a posteriori’ cargos a su cliente, lo que vulneraría el principio de solo permitir la extradición por los delitos especificados en la orden internacional de arresto.

Tras ser detenido inicialmente en 2010 por un caso de presunto abuso sexual, instigado por Suecia y hoy archivado, Assange fue arrestado de nuevo en abril de 2019 a instancias de EU, que le acusa de 18 delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de su portal.

Assange, ausente

Assange, que permanece desde hace cinco años en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, a las afueras de Londres, no ha estado presente en la primera jornada del juicio. Tampoco se ha conectado a través de videoconferencia, como en otras ocasiones. Su abogado Fitzgerald, ha explicado que no se encontraba bien de salud. La jueza Sharp quiso dejar claro, al inicio de la comparecencia, que no se había puesto ningún obstáculo a esa presencia remota.

Durante la protesta a las puertas de la corte londinense, el hermano de Assange, Gabriel Shipton, dijo que su salud “está muy delicada”, empeorada por el aislamiento al que está sometido en la cárcel de alta seguridad londinense , donde está en prisión preventiva.