Por si aún faltaba alguien por enterarse en la NBA, los Oklahoma City Thunder lanzaron este martes el enésimo aviso de que esta temporada aspiran a todo tras un fantástico triunfo ante los Boston Celtics por 127-123.

Después de años de reconstrucción, de acumular mil y una rondas del draft y de cultivar con mimo muchísimo talento joven, los Thunder son ya un equipo absolutamente competitivo frente a cualquier franquicia y tienen a un fabuloso líder como Shai Gilgeous-Alexander que está jugando a nivel de MVP.

El examen de esta noche era mayúsculo ante unos Celtics que son primeros del Este con el mejor balance de la liga (26-7) y que además aterrizaron en Oklahoma con seis triunfos seguidos.

Pero estos Thunder (23-9, segundos del Oeste) ya no tiemblan ante nadie, encadenaron su quinto triunfo seguido (incluidas victorias ante los Denver Nuggets y los Minnesota Timberwolves) y sacaron adelante el partido con una actuación muy completa y meritoria.

Gilgeous-Alexander brilló con 36 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias y estuvo muy bien respaldado Josh Giddey (23 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias) y Chet Holmgren (14 puntos, 7 rebotes y 4 tapones).

Cinco jugadores de los de Mark Daigneault sumaron dobles dígitos de anotación, pero dos estadísticas de los Thunder como conjunto llamaron la atención: sus 10 tapones (con 6.6 de promedio son el equipo más taponador junto a los Pacers) y sus 34 asistencias (26.6 de media este curso).

Kristaps Porzingis (34 puntos y 10 rebotes) y Jayson Tatum (30 puntos, 13 rebotes y 8 asistencias) encabezaron a los Celtics. No tuvieron su noche ni Jaylen Brown (15 puntos con 4 de 18 en tiros de campo) ni un Jrue Holiday (7 puntos y 7 asistencias) sobrepasado en defensa por Gilgeous-Alexander.

El dominicano Al Horford aportó 7 puntos, 2 rebotes y 3 asistencias.

Un duelo vibrante desde el principio
Ninguno de los dos equipos ahorró pirotecnia en un arranque vibrante.

Porzingis presumió de versatilidad en el cuarto inicial con 12 puntos, Gilgeous-Alexander empezó a castigar a la defensa rival con 11 puntos y Giddey sorprendió para los locales con dos triples.

Los Celtics metieron 6 triples en un primer periodo en el que tiraron más de tres que de dos, pero los Thunder se fueron al segundo cuarto por delante (31-29).

La igualdad y el juego de tú a tú se mantuvo hasta el descanso, aunque los Thunder amenazaron con dispararse en el marcador con un +9 que, visto lo visto, parecía un mundo entre dos equipos tan concentrados.

Sin embargo, Tatum, que había pasado un poco desapercibido en los primeros compases, despertó en el segundo periodo con 10 puntos y Boston llegó al descanso dominando el marcador (58-61).

El acelerón de Oklahoma City en la reanudación fue el ejemplo perfecto de por qué se han ganado el derecho a estar en la élite.

Con un soberbio parcial de 27-14 en siete minutos, los Thunder mandaron al diván del tiempo muerto a unos Celtics atropellados por un Gilgeous-Alexander pletórico. No solo tuvieron que lidiar con el excelente base canadiense, ya que Giddey volvió a sorprender con dos triples (85-75 con 5.05 en el reloj).

También la defensa se creció, con Holmgren y Luguentz Dort a la batuta, pero el tercer cuarto fue sobre todo el de la explosión de Gilgeous-Alexander con 16 puntos para un parcial de 40-25 que lanzó a los Thunder camino de los últimos doce minutos (98-86).

Un nuevo empujón, coronado por un mate de Jalen Williams al contraataque, dejó a los Thunder al borde del +20 y de sentenciar la victoria con comodidad (108-90 con 8.25 para el final).

Pero Boston no sacó la bandera blanca. Un parcial de 2-12 con un mate de Al Horford y un par de triples de Derrick White dejó a los de verde al acecho (110-102 con 5.09 en el reloj).

Mientras Tatum ejercía de agitador en la rebelión visitante, Holmgren sacó las castañas del fuego en el desenlace para los Thunder con dos triples que les permitieron mantener algo de margen.

En cualquier caso, los Celtics, con otro triple de White, se colocaron a solo 2 puntos con 41 segundos por delante (121-119).

Williams asumió la responsabilidad con una gran canasta sobre Tatum y el encuentro entró en el terreno de los tiros libres y de los detalles minúsculos, como un triple de Porzingis a falta de 3.2 segundos que finalmente fue una canasta de dos porque pisó la línea (125-123).

Hasta ahí llegó el sufrimiento de los Thunder, que con los tiros libres de Gilgeous-Alexander cerraron una noche grandiosa para soñar con la gloria en la NBA.

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