Los cineastas austriacos Veronika Franz y Severin Fiala han sembrado el terror este martes en la Berlinale con The devil’s bath, un filme de época que transcurre en Austria en el siglo XVIII y que alza la voz por las mujeres silenciadas en el mundo rural en el pasado.

La película, que ambos han definido como de “horror interior”, pone el acento en los dogmas religiosos y tabúes que ahogaban a estas mujeres, que podían caer en depresiones que se trataban como “ataques de melancolía” con métodos ineficaces y dañinos.

Según Franz, se trata de una historia de época, basada en hechos reales, pero que habla también del mundo actual. “Cada vez hay más dogmas y estamos más separados los unos de los otros, es una prisión invisible en la que vivimos hoy”, advirtió la directora, pareja del también cineasta Ulrich Seidl y productor del filme.

La trama se desarrolla en un pueblo donde el cielo es siempre gris y un amenazante bosque parece siempre estar al acecho. En lo alto de una colina, una mujer ejecutada por haber matado a su bebé se expone a la vista de todos como recordatorio amenazante.